Domesticar al lobo. ¿Se puede Occidentalizar a los musulmanes, extremistas o no?
La primavera árabe está tomando un cariz muy diferente al que se preveía.
En Egipto, tras un breve periodo gobernado por los hermanos musulmanes, el
ejercido ha dado un golpe de estado. Occidente comenta lo del golpe de estado
con la boca pequeña porque no puede ocultar la simpatía que le produce. Algún
poderoso, como los EE.UU. ni siquiera lo nombran como golpe de estado, pues
ello representaría, según sus leyes el quedar impedido para recibir ningún tipo
de ayuda, ni económica ni militar.
Si buscamos el por qué del golpe de estado, encontraremos
fundamentalmente que el islamismo se ha ido apropiando con pequeños pasos, pero
sin pausa, de todos los estamentos de la sociedad y las nuevas leyes iban
incorporando o adaptando recomendaciones
de índole religioso.
La cultura occidental intenta que los gobiernos y leyes sean de un corte
laico o en su defecto que ninguna religión tenga ninguna prevalencia sobre las
demás. Y siempre en Occidente existe y
se exige el respeto mutuo entre todas las creencias.
Nadie puede poner en duda que no existan musulmanes moderados, pero lo
que no podemos ignorar es que existen muchos que no son para nada integradores
y lo que es mas grave, atacan y agreden a aquel que cruza las líneas que ellos
consideran infranqueables.
Existe una verdadera apología terrorista que se basa en el islamismo mas
extremo y que aprovecha las redes sociales para pescar fieles entre los mas
débiles. Por poner un ejemplo, nos escandalizamos cuando leemos alguna noticia
sobre un niño suicida y lo último que se nos ocurriría sería el manifestar “lo
orgulloso que nos sentimos por su acto heroico”. Particularmente, jamás
olvidaré la imágenes del 11S en que en muchas calles de Oriente se mostraba
júbilo y alegría ante las caídas de las torres gemelas. Ver en directo a
inocentes tirarse al vacío, algunos cogidos de la mano, es lo más
horrible que he visto en mi vida. Como puede esa estampa producir regocijo en
alguien.
Golpe Estado en Egipto.
En el nuevo testamento podemos encontrar la frase de “Al Cesar lo que es
del Cesar y a Dios lo que es de Dios”. Tiene muchas interpretaciones, y una de
ellas podría hacer referencia a la separación de lo político y lo religioso. En
Occidente se ha ido en esa línea y hoy no se discute en ningún lugar. En cambio
en los países de mayoría musulmana vemos que lo que predomina es el sentido
inverso llegándose incluso a solicitar que la “Sharia” lo monopolice todo, con
el agravante de que los no musulmanes ven mermar sus derechos. Imanes fanáticos
van proliferando, como una invasión de medusas que dejan la mar impracticable
para el recreo u ocio.
El imán desde su minbar realiza sus proclamas. Habrá quien hable de
reconciliación y paz, pero una gran mayoría no borra de sus labios la palabra
infiel, y muchos insisten erre que erre en su visión de nuestra cultura “decadente”. Irónicamente,
muchos repiten incesantemente que “conquistaran Europa con el vientre de sus
mujeres y nuestra permisiva democracia”.
El nazismo alcanzó el poder democráticamente, pero amparándose en sus repetitivas difamaciones y falsas denuncias abonó
el camino para eliminar la democracia e instaurar la autocracia.
Un vecino francés, ya fallecido, me comentaba que en Francia el ha visto
crecer la 4º generación de musulmanes, y aunque desde la 2ª ya poseen la
nacionalidad francesa, anteponen su cultura musulmana y la nacionalidad de sus
orígenes a la que les ampara y les otorgan toda una serie de derechos que nunca
alcanzarían en el país de origen de sus ancestros. La 1ª generación al llegar a
la edad de jubilación regresó al lugar desde donde partieron y sucesivamente
conforme se van jubilando los siguientes van siguiendo el mismo recorrido.
Nunca se van a sentir franceses, salvo para reclamar sus derechos. Concluyendo
me dijo que el musulmán es como un lobo que nunca, y eso que se ha intentado en
numerosas ocasiones, será domesticado y que solo será dócil
y obediente al macho "alpha" de su especie.
Creo que, todos hemos visto por televisión que ante un partido de fútbol,
en Francia, entre el combinado nacional y un país magrebí, la pitada del
publico, en teoría francés, a la marsellesa fue clamorosa y produjo una gran indignación en todos los estamentos.
Tiene pues Occidente una patata caliente ante lo que acontece en Siria (http://www.viriato56.blogspot.com.es/2013/07/siria-entre-satan-y-lucifer.html ),
Egipto, la mayoría de países musulmanes y los propios países occidentales con un gran colectivo musulmán.
Habrá
que emplazar a los moderados y marcar una hoja de ruta que, siendo respetuosa,
debe de ser de obligado cumplimiento para ambas partes.
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