miércoles, 26 de junio de 2013

De "Ninis" a "Nininis"

Volviendo de nuevo a la reciente fiesta de las hogueras de Alicante, me llamó la atención dos referencias a los mayores. En una se mostraba al famoso “Nini” por todos conocidos, joven que ni trabaja ni estudia, junto a un mayor representado como el “Ninini”, que traducían como la persona adulta, próxima a la jubilación, que ni trabaja ni estudia ni es joven. La segunda referencia era un “Ninot”, figura que caracteriza o ridiculiza a personas, emblemas, etc. en donde se aprecia a una persona mayor que sobre su espalda encorvada, soportaba un hijo, a la nuera y a sus nietos.
En ambos casos se muestra una realidad, la de la persona mayor próxima a la jubilación o ya jubilada, que está siendo olvidada y ninguneada por los políticos y gobernantes.
En el primer caso, el colectivo mayor de 55 años y en situación de desempleo, con o sin estudios, ve que el horizonte le permanece cerrado por mucho curriculum y experiencia que disponga porque ninguna empresa está dispuesta a apostar por el. Quedan por delante algo mas de diez años para alcanzar la jubilación y ve que el sacrificio de haber cotizados los últimos 30 años, en muchos casos, van a quedar mermados por la incertidumbre de no volver a cotizar, siendo consciente que estos últimos años ponderan y mucho en la base que dictaminará su futura pensión. Si las personas que superan los 55 años, y agotan el desempleo, no pueden ser beneficiaras de posibles deducciones en la cotización de la seguridad social junto a otros posibles beneficios, pasarán a engrosar el colectivo de exclusión social, pues muchos perteneciendo a la inmensa clase media española, van a ver que, año a año, van descendiendo peldaño a peldaño hasta lo que puede ser su puerta a los infiernos. Tanto es así que pueden llegar a “envidiar” al jubilado actual que a pesar de tener una pensión congelada o con un incremento mínimo, aún le permite ser soporte o ayuda para el descendiente que también en situación de paro  ha tenido que abandonar su vivienda, por no poder atender la hipoteca, y vuelve a la casa paterna con toda la prole y subsisten en una economía, mas que familiar, comunitaria. Envidia porque si no vuelve a cotizar su pensión difícilmente va a llegar al nivel de las actuales pensiones y  va a quedar en unos mínimos que puede que le permitan subsistir pero en ningún caso ayudar a sus descendientes como pasa en la actualidad.
Ejemplo de ello se aprecia en muchos barrios de nuestra ciudad, que fueron en su momento ciudades dormitorios, barrios que han ido envejeciendo con la emancipación de sus hijos, y que ven ahora a los hijos retornar pero en compañía de su pareja y retoños. Esas modestas pensiones junto a las ayudas sociales de sus hijos son las que permiten sobrevivir y, en muchos casos, al llegar la hora de la comida asemejarse a escenas que nos remontan al cine, en blanco y negro, de inolvidables películas como “la gran familia”.


Fotograma de la película “La gran familia”

Urge, pues, tomar medidas que frenen este incesante goteo y que la sociedad sepa colorear un futuro que se presenta de lo mas negro para los “nininis” y jubilados.


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